lunes, 11 de abril de 2016

Pearl Harbor y el Pacífico

¿Cuándo? El 7 de Diciembre de 1941.
¿Qué fue? Ataque sorpresa por parte de Japón a la base naval de Pearl Harbor
¿Daños?                  Japón:  29 aviones, 55 pilotos, 5 minisubmarinos, 9 marinos y 1 prisionero.
                               Estados Unidos: 3403 muertos, 5 acorazados, 2 acorazados dañados, 3                                                                      cruceros, 3 destructores, 188 aviones destruidos y 155 aviones                                                          dañados.







Tora!, Tora!, Tora!, el comandante de la aviación japonesa, Matsuo Fuchida, ha decretado a su operador de radio que lance este mensaje codificado. A bordo de si bombardero Najajima B5N está sobrevolando la isla hawaiana de Oahu y acaba de verificar que por el puerto estadounidense de Pearl Harbor reina la tranquilidad. Las tres palabras anteriormente dichas quieren decir que la sorpresa es total y que el ataque nipón puede dar comienzo.
Es domingo y nadie del bando estadounidense cree que Japón vaya a dar el paso de entrar en el mayor conflicto de la historia.
Pero ese día 7 de Diciembre de 1941 los japoneses han decidido poner toda la carne en el asador, más de 350 aviones japoneses, entre los que se encuentran los cazas Zero y algún que otro bombardero de gran tamaño y kamikazes lanzan sus bombas casi sin oposición, sin distinguir entre civiles y marines, contra lo más grande de la flota yonqui, ocho acorazados, de los cuales cuatro son hundidos y otros tres severamente dañados.
El resultado más importante ocurre en el acorazado USS Arizona, uno de los grandes orgullos de la marina americana: la explosión de su santa bárbara provoca unos 1177 muertos (había 1512 marineros en el momento del ataque), la mitad  de los fallecidos en todo el ataque.
La victoria japonesa es tajante y se convierte en sólo una batalla de entre otras que sucederán en la ofensiva para apoderarse del océano Pacífico, así como sus principales puntos estratégicos. Tan sólo unas pocas horas después del ataque al puerto hawainao de Pearl Harbor las tropas del emperador Hirohito comienzan con la invasión de las islas Filipinas. Hay planes consolidados detrás, lo que ratifica los peores temores sobre la expansión de Japón. Había comenzado, de hecho su expansionismo había empezado en 1937, con la invasión de Manchuria, como parte del intento por controlar China, con la que entran en guerra. En 1940 Japón invade Indochina. Tokio busca rodear Pekín, pero también desea las riquezas naturales del sudeste asiático, como pueden ser el caucho o el petróleo. La idea es depender cada vez menos de Estados Unidos, su gran proveedor del también llamado oro negro.
 Estas zonas, bajo la coacción de ingleses u holandeses han quedado desprotegidas ante la urgencia de entrar en guerra con Hitler. Estados Unidos, que hasta ahora sigue siendo neutral, si que ha trasladado su flota al océano Pacífico, lo más cerca posible a los escenarios conflictivos de San Diego ha sido trasladada a la isla hawaiana de Oahu, más concretamente a la base naval de Pearl Harbor. Por ello Japón ha sentido la necesidad de acometer al país con el mayor ejército del mundo y con esto obligarlos a entrar en guerra con el país del sol naciente, algo que más tarde lamentaría haber hecho.
Lo anuncia al día siguiente del ataque a Pearl Harbor el presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, tras un discurso en el congreso en el que condena "el ataque como no provocado y cobarde", además subraya que el día 7 de Diciembre de 1941 sera "una fecha para la infamia", por lo que ese discurso será conocido como el "discurso de la infamia".
La entrada en guerra del gigante americano desencadenaría un efecto dominó en contra de Japón que acabaría con la rendición de éste el 14 de Agosto de 1945.
Ahora el conflicto se "mundializa". Churchill, que deseaba desde hace más de un año la entrada de Estados Unidos en la contienda porque cree que será decisiva para la victoria aliada, llega al extremo de declarar la guerra a Japón incluso antes que la propia América, a pesar de que Roosevelt le ha pedido que espere a que lo haga él primero. La Alemania de el Führer y la Italia fascista de Mussolini, por su parte, declaran también la guerra a EEUU el 11 de Diciembre de 1941. acudiendo al apoyo de Japón, el otro miembro del Eje.
Los primeros meses de la guerra con Asia son muy favorables a Japón, que además de invadir Filipinas hace lo mismo con Tailandia, Malasia y la capital china, Hong Kong. Esta última es abandonada y entregada al imperio japonés por los británicos el día de Navidad.
Poco después del primer día de 1942 también cae Singapur, otra colonia británica. En Filipinas, más concretamente, en la batalla de Bataan, vencida por los japoneses, da lugar a la horrorosa "marcha de la muerte", el traslado forzoso de más de 7500 prisioneros de guerra (6000 filipinos y 1500 estadounidense aproximadamente) a la capital de la región de Bataan, recibiendo un trato brutal.
Por su parte, Gran Bretaña y Holanda ven como sus posesiones en Asia Oriental caen frente a los "japos" como si de un castillo de naipes se tratara.
Los nipones ponen cerco incluso a Australia, al establecer una base en la isla de Nueva Guinea desde la que lanzan "raids" aéreos a la isla-país con una gran cantidad de efectivos australianos también luchan contra Hitler en el Pacífico, e incluso en África. Los japoneses se plantean la invasión de este país y las demás islas que la rodean.
El Pacífico se tiñe totalmente con el color de la bandera nipona del sol naciente mientras que EEUU, tras el ataque de Pearl Harbor, se queda "inconsciente" por lo que no logran reaccionar correctamente. La división del mando marítimo entre el general Mc Arthur y el almirante Nimitz no producen ayuda alguna.
El momento decisivo llega cuando la armada japonesa procura atacar Port Moresby, situado en Nueva Guinea, para así poder controlar la isla vecina nombrada en numerosas ocasiones.
Los mensajes japoneses anteriores a dicha invasión son interceptados y descodificados, de forma que el comandante en jefe Nimitz tiene tiempo para plantear y organizar la defensa de Nueva Guinea para no perderla , ya que es una isla gran importancia estratégica. El enfrentamiento entre portaaviones japoneses y estadounidenses en la batalla del mar de Coral -en Mayo de 1942- marca el inicio de un nuevo tipo de guerra naval, en la que los barcos de ambos mandos no se llegan a ver y mucho menos a dispararse entre ellos. Son los aviones los protagonistas.
Los americanos, con un cadena de mando más eficaz sobre el frente contra un centro de mando más alejada y a la vez lenta de los japoneses, consiguen detener la invasión, aún a costa de las grandes pérdidas materiales y humanas.
Es en el mar de Coral donde empieza a permutar el rumbo de la guerra, un giro que se acentúa en la tan conocida batalla de Midway en el mes de Junio. Japón intenta hacer caer a EEUU en una trampa para destruir su flota y así poder conseguir el dominio absoluto sobre Oceanía, pero -y por segunda vez- los americanos consiguen descodificar los mensajes japoneses y logran información valiosísima para la US Navy: conociendo de antemano la fecha del ataque, es la gran armada estadounidense la que tiende una emboscada a la flota japonesa y la inflige una durísima derrota con unos 3000 marineros japoneses muertos frente a los 300 americanos.
A partir de esa asombrosamente sencilla victoria aliada, los aliados son quienes atacarán primero en buena parte del Pacífico.
La batalla de Guadalcanal, en las islas Salomón, supone la primera ofensiva a gran escala, entre Agosto de 1942 y Febrero de 1943.
El plan consiste en controlar cuantas más islas cercanas a Japón sean posibles para someter al imperio nipón a constantes ataques aéreos sin necesidad de recurrir a la invasión. Los movimientos bélicos se tuernan lentos, ya que Estados Unidos tiene los sentidos puestos sobre la reconstrucción de gran parte de su flota.
Aún así, después de inclinarse la balanza en la guerra submarina a favor de EEUU, Japón logra hacerse con la victoria en la larga e insaciable campaña de invasión de Birmania y se osa a lanzar desde esa nueva posición un ataque a la indica británica, que resultará excesiva para sus capacidades.
Mientras tanto, Estados Unidos va cercando sus tenazas al asientan  una base en el actual archipiélago de las Marianas, tras una persistente batalla a mediados de 1944. Desde estas islas los americanos invaden las islas Filipinas en otoño de ese mismo año. El general americano Mc Arthur se moja hasta las rodillas para desembarcar en la isla de las que tuvo que ir dos años antes.
A comienzos de 1945, el acercamiento estadounidense a Japón entra en su fase final. Se escogen como bases desde las que bombardear las grandes islas controladas por los japoneses las islas de Iwo-Jima y la isla de Okinawa. Su ocupación desemboca en dos sangrientas batallas que dejarán malparados a ambos bandos, aunque los "japos" acaban peor, perdedor en ambos casos y con más de 100.000 bajas en total.
Los alicaídos japoneses se encuentran en una situación ardua; la situación empeora aún más cuando Hitler es derrotado en Europa y la URSS se suma a la guerra naval y submarina del Pacífico, lo hace invadiendo Manchuria, que Japón había invadido hacía ocho años con algo más de un millón de hombres.
El 17 de Junio de 1945 se reúnen en la ciudad alemana de Potedam el nuevo presidente estadounidense Harry Truman al sustituir al fallecido Roosevelt, el primer ministro británico Wintson Churchill y el presidente de la República de China, Chiang Kai-shek. La finalidad de esta cumbre diplomática era exigir la rendición de Japón lo antes posible.
Aunque lo que poca gente conoce es que el día anterior a esta cumbre, Estados Unidos había probado con rotundo éxito un arma que sólo este país posee: La bomba atómica, una bomba capaz de liberar una asombrosa cantidad de energía atómica, con una capacidad de destrucción nunca antes vista.
El 26 de Julio, los tres líderes piden a Japón su rendición incondicional o por el contrario serán "borrados del mapa", en esta declaración no se hace referencia a esta letal arma.
Finalmente, tras barajar posibles alternativas para alcanzar la derrota definitiva del país del sol naciente; la más obvia sería la invasión, pero las duras batallas ocurridas en Okinawa e Iwo-Jima se desestima por ser una penosa idea en la que morirían muchos más soldados, también se ha contemplado la utilización de gas venenoso, mientras se toma la decisión más eficaz Estados Unidos incrementa los ataques aéreos sobre las principales ciudades de Japón.
Finalmente, tanto George C.Marshall (el jefe del Estado Mayor del ejército norteamericano) como Truman optan por la mayor mortífera arma creada hasta entonces, la antes dicha bomba atómica. La demostración de su gran poder ha de llevar a una rápida rendición del país nipón.



Información sacada de la revista Muy Historia y de batallas de guerra

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